Esta es una historia increíble con final feliz. Sucedió el pasado mes de febrero, en el condado de Wicklow, en Irlanda. La familia Goetelen salió a caminar con sus perros, Harley y Neesha, cuando de pronto éstos salieron corriendo tras un ciervo y, en su persecución, se perdieron. Harley regreso al día siguiente, pero Neesha, la golden retriever de ocho años, no volvió. Los Goetelen estaban desesperados, porque no podían dejar de pensar en que, lo más probable, es que Neesha se hubiera muerto de frío. Las montañas de Wicklow se extienden a lo largo de todo el condado del mismo nombre y alcanzan los condados de Dublín, Wexford y Carlow. El pico más alto es el Lugnaquilla, de 925 m. Allí, los inviernos son fríos, y las tierras altas suelen estar nevadas.
Pasaron dos semanas y los Goetelen eran conscientes de que las probabilidades de volver a ver a Neesha con vida eran prácticamente inexistentes. No obstante, nunca perdieron del todo la esperanza, y quiso el destino que la suerte se pusiera de su lado.
Dos jóvenes médicos, Jean François Bonnet y Ciara Nolan, residentes en Wicklow, decidieron hacer una excursión al pico Lugnaquilla. El tiempo era frío y húmedo, y, tras unas horas de ascenso, cuando ya estaban cerca de la cumbre, se encontraron con Neesha. La perra estaba tan débil y aterida que apenas podía moverse. Jean la cubrió con su anorak y emprendió el descenso con ella a hombros, un trayecto de diez kilómetros.
Una vez en casa, Jean y Ciara cuidaron de Neesha, cuyo estado físico estaba muy debilitado. De modo que la calentaron y la alimentaron, y de inmediato se pusieron en contacto con una protectora para que les ayudara a localizar a sus dueños.
Cuando los Goetelen se enteraron de que Neesha estaba viva, no daban crédito a lo ocurrido. No podían comprender cómo su golden retriever había podido resistir las bajas temperaturas del invierno en las montañas y sobrevivir sin comida durante quince días. Todo un misterio. El rescate de Neesha no tardó en convertirse en noticia, que fue difundida a través de todas las cadenas de televisión del país. Una bonita historia, sin duda. Nuestra más sincera admiración a los dos médicos, Jean François y Ciara, que no dudaron en salvar a Neesha, recorriendo diez kilómetros con ella a cuestas.
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