Actualmente, es ya algo sabido que dormir con nuestro perro resulta beneficioso para nuestra salud. Así lo constatan diversas publicaciones en la que algunos científicos nos dan válidas y sobradas razones de por qué dormir con nuestro perro es saludable. A lo largo de las últimas décadas se han publicado numerosos artículos sobre la interacción entre perros y humanos; y la información sobre ella es, hoy en día, inabarcable. Eso no quiere decir que debamos dormir forzosamente con el animal y nos lo tomemos como una obligación, ni mucho menos, pero está bien saber que las personas que así lo deseen pueden hacerlo sin ningún tipo de reparos. De algún modo, los científicos apuestan por favorecer la interacción entre perros y humanos, por fortalecer el vínculo, eso es realmente lo saludable.
De todas las razones que los científicos podrían darnos acerca de lo saludable que puede resultar dormir con nuestro perro, debemos tener en cuenta las cuatro principales:
● Nos sentimos más protegidos y seguros: dormir con nuestro perro nos proporciona seguridad, y, por ello, nos sentimos más protegidos junto a su compañía, que, sin duda, tiene un efecto calmante sobre nosotros y contribuye a reforzar nuestra tranquilidad. No importa cuál sea la raza de nuestro perro o su edad y tamaño, basta con su compañía, con su sola presencia para que nos sintamos protegidos.
● Reduce el estrés y la ansiedad: Es sabido que los perros segregan serotonina (la llamada hormona de la felicidad) cuando están cerca o en contacto con su dueño. Por lo que dormir a su lado resulta un auténtico relax y ayuda también a las personas que padecen de insomnio. La hormona responsable del estrés en los seres humanos se llama cortisol. Dormir con nuestro perro reduce notablemente los niveles de esta sustancia y, por lo tanto, proporciona un mejor descanso. La respiración del perro y su propio estado de relajación cuando se acuesta a nuestro lado, pueden ayudarnos a conciliar el sueño más rápidamente. Y no deja de ser, además, una manera de fortalecer el vínculo entre ambos.
● Reduce la presión arterial: un prestigioso artículo titulado Cardiovascular effects of human-pet dog interactions pet dog interactions («Efectos cardiovasculares de las interacciones entre humanos y perros») de Julia K. Vormbrock y John M. Grossberg, publicado en 1988 en Journal of Behavioral Medicine, constató una relación causa-efecto entre dormir junto a nuestro perro y la disminución de la presión arterial, siendo ésta un factor clave para relajarse y tomar el sueño. «Investigaciones recientes sobre las interacciones entre humanos y perros mostraron que hablar y acariciar a un perro baja la presión arterial (PA) de las personas», y por lo tanto el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular.
● Mejora nuestro vínculo afectivo: Igual que en los seres humanos, dormir junto a alguien o en este caso, nuestro perro, es un acto muy íntimo que fortalece el vínculo afectivo de manera exponencial. Así se constata en este artículo A Multispecies Approach to Co-Sleeping («Un enfoque multiespecies para el colecho») de Bradley P. Smith, Peta. C. Hazelton, Kirrilly R. Thompson, Joshua L. Trigg, Hayley C. Etherton y Sarah L. Blunden. «Proponemos que el colecho humano-animal y adulto-niño se aborde como formas legítimas y socialmente relevantes de colecho, y recomendamos que el colecho se aborde ampliamente como una práctica social que involucra relaciones con humanos y otros animales». Se conoce por colecho, la practica de dormir con el niño en la misma cama, de ahí, por extensión, el término es válido también con animales.
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