La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha provocado que miles de personas hayan huido de las ciudades y abandonado sus hogares en busca refugio para protegerse de los bombardeos de las tropas rusas. Decenas de perros y gatos pueden verse en los sótanos o en el metro, junto a sus dueños. La situación de los animales en Ucrania es dramática.
En medio del caos y de la huida hacia países vecinos, como Polonia y Rumania, mucha gente ha abandonado a sus animales de compañía, que vagan ahora por las calles de las ciudades, perdidos y aterrados por el ruido de los bombardeos. Otros, sin embargo, no van a ninguna parte sin ellos.
La frase «No te voy a abandonar» deja muy claro cuál es el sentir mayoritario de los ucranianos con sus animales, que no se separan de sus dueños y resisten largas caminatas, suben a trenes atestados o se pasan horas encerrados en un autobús.
Hace tan solo unos días, la embajada de México comenzó a facilitar la salida de sus primeros ciudadanos con destino a Rumanía; sin embargo, estableció que deberían hacerlo sin sus animales de compañía, un hecho que desencadenó un auténtico conflicto en las redes. Naturalmente, fueron muchas las personas que eligieron quedarse junto a sus animales por no estar dispuestos a abandonarlos. Numerosas son las imágenes que se han difundido por todo el mundo sobre la situación que viven cientos de personas que no quieren abandonar a sus animales.
En 2012, el fotógrafo italiano Andrea Cisternino dejó su trabajo en Milán y, junto con su mujer, Vlada Shalutko, se estableció en Ucrania con el fin de combatir la caza de perros callejeros. Los llamados cazadores de perros salen a la búsqueda y captura de perros callejeros y los matan. Esa fue la razón principal que llevó a Cisternino a crear un refugio, a 45 kilómetros de Kiev, para acoger y rescatar animales maltratados y abandonados. En la actualidad, tiene cerca de 400 animales, entre perros, gatos, vacas, caballos, ocas, gallos, ovejas y cabras.
«No abandono ni abandonaré a mis animales, moriré aquí con ellos. Ellos son parte de mi familia y aquí me quedo», escribió en sus redes hace pocos días.
A pesar de los riesgos que comporta quedarse en Ucrania, Cisternino lo tiene muy claro, prefiere morir que abandonar a sus animales. De manera que permanecerá con ellos en el refugio. Se ha provisto de alimentos y otros enseres que espera le permitan sortear este conflicto de la mejor manera posible.
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