Como bien sabemos, la ola de incendios que ha asolado España en las últimas semanas ha quemado alrededor de 80.000 hectáreas, lo que, según estima la Fundación Franz Weber, puede significar la muerte de más de un millón de animales, entre salvajes y domésticos. Según la Fundación, diversos estudios indican que por cada hectárea de terreno conviven entre diez y quince individuos de especies, entre vertebrados e invertebrados.
Solo en los incendios de Galicia los animales muertos ascienden a 250.000 y los que han sobrevivido merodean, asustados, buscando alimento entre las cenizas. El incendio de Losacio, en Zamora, ha calcinado más de 35.000 hectáreas, y los animales huyen despavoridos, cuando no son pasto de las llamas. Un grupo de bomberos se encontró un corzo completamente deshidratado, al borde la muerte. «Vimos que se desplomaba, le dimos agua y lo refrescamos por todo el cuerpo porque estaba muy caliente», ha declarado uno de ellos. Una actitud ejemplar la de estos hombres que llevaron el corzo a CRAS (Centro de Recuperación de Animales Silvestres) para que fuera atendido por un equipo de veterinarios. Os mostramos el vídeo para que podáis ver cómo el corzo bebe el agua que le dan los bomberos.
La Fundación Weber, que aboga por la preservación de la naturaleza, por mantener los hábitats naturales intactos y por defender los animales de la creciente amenaza y el padecimiento a los que se ven sometidos por el ser humano, sostiene que la mayoría de los incendios son provocados, y que muchos de ellos tienen una intencionalidad clara de generar pastos para la ganadería, alejar a los depredadores de su territorio y mejorar las acciones de caza en una zona determinada. Por esta razón, la Fundación ha solicitado al Gobierno de España que lleve a cabo campañas de concienciación capaces de fomentar un menor consumo de carne y una mayor ingesta de vegetales, es decir, hábitos alimentarios que tengan un menor impacto ambiental, además de emprender acciones políticas para «renaturalizar» los bosques quemados y prohibir definitivamente la caza en esos espacios asolados por las llamas, así como en los terrenos colindantes.
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