Ángel, una historia de superación como ninguna otra
diciembre, 2021 - Gloria Edith Gómez

El caso de Ángel, un cachorro que fue desollado vivo en Colombia, ha conmovido a la opinión pública del país. Su historia se expande en las redes sociales, ocupa las portadas de los periódicos y sale en las cadenas de televisión estatales. Y Ángel se convierte en el símbolo contra la crueldad animal.

El estado en que Ángel fue rescatado ha requerido varias cirugías y meses de hospitalización. © Mi Mejor Amigo.

La historia de Ángel comienza el pasado mes de octubre con una llamada anónima en la que pedían ayuda para un perro que se encontraba «herido y en muy mal estado» en Boyacá (Colombia). Las llamadas de auxilio son el pan de cada día para Vivian Andrea Nieto, responsable de la Asociación de Protección Animal y Ambiental Mi Mejor Amigo. Durante los últimos cinco años, ella y los seis escuderos que la acompañan han atendido todo tipo de casos de maltrato animal. Aunque carecen de una sede fija y apenas consiguen mantenerse a flote con los casi doscientos perros y gatos que atienden actualmente, no dudaron en aceptar uno más.

La persona al teléfono dijo no tener dinero para desplazarse hasta Chiquinquirá, el municipio colombiano donde opera Mi Mejor Amigo. Vivian aceptó hacerse cargo del transporte del perro, no obstante, como se encontraba trabajando en otro pueblo que estaba lejos de allí, le pidió al veterinario John Munévar que se encargara del caso.

Poco después, su teléfono sonó de nuevo. Esta vez escuchó la voz preocupada del veterinario: «Vivian, este perrito está despellejado». Ella no consiguió entender. No era capaz de imaginar lo que su compañero intentaba explicarle. «El perro viene sin piel… —le aclaró el veterinario—, le arrancaron casi toda la piel».

Ángel es atendido en el hospital veterinario.
© Mi Mejor Amigo.

Minutos después, Vivian recibía las primeras fotografías y vídeos de Ángel, unas imágenes tan espeluznantes que sin duda pueden herir la sensibilidad de cualquiera (Togetherdogs ha optado por no publicarlas). Han pasado tres meses desde entonces, y Vivian asegura que aún no ha conseguido superar el impacto que le causó ver al cachorro desollado.

Por venganza

Para entender cómo pudo ocurrirle algo tan horrible a Ángel hay que situarse en el escenario de una sociedad violenta, donde reina la impunidad, en la que difícilmente las personas consiguen justicia y menos aún pueden esperar los animales.

Según el relato de la Asociación, como protagonistas de este terrible episodio, tenemos, por una parte, una familia humilde propietaria de un cachorro de siete meses y, por otra, un vecino supuestamente enfadado y enfrentado con los primeros. Al presunto agresor se le ocurrió cobrar venganza en el perro, el ser más indefenso e inocente de esta historia, y decidió arrancarle la piel, a lo vivo, por supuesto.

Ángel perdió el 80 % de su piel.

Los dueños de Ángel lo encontraron «en carne viva» y, como no tenían con qué costear la atención veterinaria, decidieron aplicarle Curagán, un medicamento que Vivian describe como «un líquido morado que suele emplearse, sobre todo, para cauterizar las heridas del ganado» y que, sin duda, debió llevar al animal al límite del dolor. Luego lo dejaron estar y aguardaron a ver si sobrevivía o no.

Ángel recibiendo las curas por parte del equipo veterinario.
© Mi Mejor Amigo.

Tras cuatro días de sufrimiento, sin recibir atención y convertido en una masa sanguinolenta y violácea, alguien —que ha querido mantenerse en el anonimato—, compadeciéndose del animal, decidió tomar cartas en el asunto y llamar a Mi Mejor Amigo.

La lucha por la supervivencia

Necrosis en gran parte del tejido, problemas hepáticos, anemia, y una infección generalizada que amenazaba con causarle la muerte en pocas horas. El primer diagnóstico de Ángel era tan desalentador como su sobrecogedor aspecto. Sin embargo, el veterinario decidió que, si el cachorro había sobrevivido cuatro días en ese estado, él no podía menos que ayudarle en su batalla contra la muerte.

Muchas noches en vela, cuidados permanentes y transfusiones de sangre que duraban horas.

La Asociación puso todo el empeño en salvarlo y denunciar su caso ante la Fiscalía General de la Nación. Obtuvo la custodia de Ángel y comenzó un proceso legal en el que se solicita castigo para el presunto agresor.

Numerosas han sido las manifestaciones pidiendo justicia para Ángel y condena para su agresor.

Cuando las imágenes de Ángel y los detalles de la historia empezaron a correr por las redes sociales, se levantó una ola de indignación junto con otra de ánimos y buenos deseos para el cachorro. No faltaron los que pedían una inyección compasiva que acabara para siempre con el dolor de Ángel, pero esa posibilidad nunca estuvo sobre la mesa para los miembros de la Asociación. Por el contrario, conscientes de que se enfrentaban a un caso difícil y en el que no tenían ninguna experiencia, buscaron la asesoría de una veterinaria especializada en problemas de piel, que los ha acompañado durante todo el proceso.

La historia de Ángel ha levantado una ola de indignación en las redes sociales.

Al mismo tiempo que el cachorro empezaba su largo camino por quirófanos y tratamientos, iba convirtiéndose en la imagen viva y sufriente de la crueldad contra los animales en Colombia, un país con cifras vergonzosas en este asunto. Según datos de la Fiscalía sólo en la capital, Bogotá, hubo 3.700 casos de maltrato y abusos contra animales durante 2020. Sin embargo, otras entidades como el Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal de Bogotá, aseguran haber registrado más de diez mil incidentes de maltrato animal en el mismo año. Y esos son sólo los casos que llegan a denunciarse.

El camino hacia la popularidad

En las redes sociales, el caso de Ángel se vuelve viral. El vídeo con sus primeros ladridos, casi un mes después de ser rescatado, fue visto más de 47.000 veces y obtuvo cerca de 5.700 likes. Personajes públicos y celebridades comentaban y seguían sus progresos, sus juegos con otros perros del hospital, los entusiastas movimientos de su cola ante el plato diario de pollo o ante la llegada de sus cuidadores.

Ángel comienza a ingerir un poco de pollo. © Mi Mejor Amigo.

Muy pronto este caso de superación saltó a las noticias. Los principales telediarios y medios del país contaron su historia y se sumaron al reclamo de justicia para este perro que, pese a haber conocido el lado más oscuro de los seres humanos, recuperó rápidamente la alegría y la fe en las personas.

Ángel ha logrado sobrevivir y se recupera gracias a los cuidados del equipo veterinario y la solidaridad de la Asociación de Protección Animal Mi Mejor Amigo.

A pesar del interés que ha despertado la historia de Ángel, no se ha conseguido que el proceso judicial avance. Casi tres meses después, el agresor aún está lejos de ser castigado. «La respuesta en la Fiscalía siempre es la misma: que el caso está en proceso de investigación», comenta Vivian sin ocultar su frustración.

Desde la Asociación aseguran que no descansarán hasta que se haga justicia. Pero esta no es la única batalla que tienen por delante. Las diez cirugías, los injertos de piel, vendajes especiales, pijamas para proteger las heridas, medicamentos y demás han tenido un costo de 20 millones de pesos colombianos (cerca de 4.500€), de los cuales han conseguido pagar la mitad, gracias a donaciones, rifas y ventas de calendarios, tazas y llaveros artesanales, entre otros objetos que ellos mismos fabrican. Sin embargo, aún les queda una deuda de ocho millones de pesos (cerca de 1.800€). Mucho dinero para esta pequeña organización que, pese a sus limitaciones, en cinco años ha sacado 4.000 animales de la calle y actualmente atiende casos en varios municipios de Boyacá.

Lo que le hizo su agresor llevó a Ángel a las puertas de la muerte. Su recuperación ha sido muy lenta y ha requerido varias cirugías, tratamientos y una larga hospitalización.© Mi Mejor Amigo.

Aunque Ángel no volverá al quirófano, aún permanecerá ingresado en el hospital dos meses más, pues es necesario hacer un seguimiento de la evolución de los injertos y asegurarse de que la piel se adhiera bien a los tejidos. Después, no se sabe qué pasará con él. Probablemente no lo darán en adopción. «Ángel es un perro muy especial —explica su portavoz—. Es la insignia de nuestra Asociación. Es divino, alegre y dulce, pese a todo lo que ha sufrido nos derrite el corazón».

La primera salida de Ángel al parque, tras dos meses hospitalizado.
© Mi Mejor Amigo.

Por lo pronto la historia de este cachorro, que hoy corretea imparable, parece tener un final feliz. Su recuperación es un milagro, y puede que ese milagro haya ocurrido para demostrarnos que entre nosotros caminan algunos ángeles que carecen de alas y tienen cuatro patas, y otros que van más allá de sus fuerzas y recursos para rescatar animales y darles una nueva vida rodeados de amor y protección.  

Ángel con Vivian, la responsable de Mi Mejor Amigo. Resulta reconfortante
ver cómo se ha recuperado este cachorro. © Mi Mejor Amigo.

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