Este es el tipo de científicos que necesita nuestra sociedad
febrero, 2022 - Togetherdogs
Los científicos italianos Domenico Gadaleta y Edoardo Carnesecchi.

Asociaciones animalistas internacionales, como Cruelty Free International, luchan desde hace ya muchos años por una investigación científica sin animales. Se han dado muchos pasos, pero lamentablemente estos aún no son suficientes. Hay que tener presente que, en el ámbito científico, la experimentación animal es imperativa por ley: antes que un fármaco pueda ser destinado al hombre es obligatorio que supere determinadas pruebas en animales. Hablamos de perros, caballos, ratones, vacas, cerdos, ovejas, reptiles, peces, pájaros, que pueden haber sido criados en granjas o capturados en la naturaleza.

Es evidente que una sociedad moderna debe ir encarada a erradicar la experimentación con animales. Científicos como Domenico Gadaleta, investigador en el Instituto Mario Negri di Milán, y Edoardo Carnesecchi, investigador en la universidad de Utrecht (Holanda), apuestan por el big data y la inteligencia artificial como una alternativa válida a la de torturar animales hasta la muerte.

Ambos obtuvieron el premio Lush en 2020, un prestigioso galardón que se otorga a aquellas iniciativas científicas que apuestan por acabar con la experimentación animal, sobre todo por lo que a la investigación toxicológica se refiere. El premio Lush es el fruto de una colaboración entre la conocida marca de cosmética y Ethical Consumer Research Association, y está dotado con 25o libras esterlinas. Los científicos italianos presentaron dos proyectos de modelos alternativos para valorar la toxicidad de determinados compuestos químicos.

Ambos científicos aseguran que sus investigaciones sin animales son «más eficaces, menos costosas y sobre todo más éticas».

El proyecto de Domenico Gadaleta está basado en la inteligencia artificial y simulaciones informáticas para prever el riesgo relacionado con determinadas sustancias químicas capaces de causar daños neurológicos. «La cantidad de sustancias a las que estamos potencialmente expuestos —explica el investigador— hace imposible, además de éticamente inaceptable, recurrir a la experimentación con animales para evaluar los riesgos potenciales. El uso de modelos computacionales ayuda a predecir el peligro que representan los productos químicos antes de que sean producidos y comercializados, con una clara ventaja en términos de seguridad de la población y ahorro de dinero».

Las pruebas con animales son crueles e impropias
de una sociedad avanzada.©Cruelty Free International.

También el proyecto de Edoardo Carnesecchi está vinculado a la evaluación de la toxicidad humana. Está trabajando en una plataforma web «in silico» para estudiar fenómenos químicos o biológicos que se reproducen en el ordenador a través de simulaciones matemáticas en lugar de en probetas o en vivo con animales. Esto permite a los investigadores evaluar la toxicidad de los productos químicos de una manera más eficiente, rápida, sostenible y ecológica.

«Según el último informe de las Naciones Unidas, se prevé que la producción mundial de productos químicos se duplique para 2030 —señala Carnesecchi—. Al mismo tiempo, los organismos de control y las industrias buscan alternativas más seguras a los químicos peligrosos, proceso que llamamos el reemplazo. Se precisa, por lo tanto, metodologías científicas y técnicas innovadoras para realizar los ensayos de toxicidad. En términos prácticos, podemos decir que es del todo imposible realizar pruebas toxicológicas in vivo para todas las sustancias químicas y sus posibles combinaciones presentes en el mundo real, porque sería infinito».

Indudablemente es necesario trabajar en esta dirección que, como parecen decirnos estos científicos, es más que posible, y abre las puertas a un futuro más ético y más digno en el campo de la experimentación científica.

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