Hemos dicho más de una vez que un país se mide por cómo trata a sus animales. En una sociedad moderna y avanzada no deberían haber perreras llenas a rebosar, ni por supuesto, deberían existir las realas, ni los criaderos con cuarenta perros o más que crían a destajo, ni tampoco los abandonos, ni, por supuesto, cualquier forma de maltrato. No, no deberían existir, porque dicen mucho y dicen mal de quienes lo permiten. Lo hemos dicho también, y no nos cansaremos de decirlo, que quien trata mal a un animal es un desalmado. Y es tarea y responsabilidad de todos contribuir para que los animales de nuestros país tengan una vida mejor.
Desde 2016, Holanda es el primer país del mundo donde no hay perros abandonados. ¿Cómo lo ha conseguido? Debido a la cantidad de perros que había merodeando por las calles de sus ciudades, el gobierno holandés determinó destinar los recursos que hicieran falta con el objetivo de emprender una buena campaña para atajar el problema de raíz, movilizando a toda la sociedad para acabar de una vez por todas con el abandono y el maltrato animal.
La campaña se inició en 2016. En colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la World Society for Animal Protection (WSPA), así como con varias instituciones animalistas y colectivos en defensa de los animales, el gobierno holandés creó un programa de concienciación que consistió en:
● Esterilización y vacunación. Ese fue el primer paso, y fue un paso de gigante. Se aplicó la esterilización masiva y gratuita a los animales callejeros, de la cual podían beneficiarse también los perros con un hogar. Y también la vacunación en los casos de los perros abandonados.
● Educación y concienciación de la población. En Holanda, igual que en Inglaterra, los animales de compañía están considerados seres que sienten, y tienen derechos equiparables a los de los humanos. El gobierno ha realizado muchas campañas para concienciar a los niños en las escuelas, y a toda la población en general, con charlas y programas gratuitos para fomentar que los animales deben tener una vida digna.
● Fomentar la adopción. En Holanda, muy pocas personas adoptaban perros, simplemente porque no eran de raza. Hoy en día, quienes desean un perro de criadero deben pagar elevados impuestos. De lo que se trataba era de fomentar la adopción, lo que ha supuesto que, en la actualidad, las adopciones en ese país sea del 90%, mientras que solo hay un 10% que compra un perro de raza.
● Endurecimiento de las penas con elevadas multas y severas condenas de cárcel. Las leyes holandesas son muy duras con quienes abandonan a los animales domésticos. Las multas ascienden a miles de euros y las penas de cárcel pueden ser de hasta tres años por maltrato o abandono.
Holanda es un país del que deberíamos tomar ejemplo. Y lo mejor de todo es que lo ha hecho sin sacrificar a ningún animal. Y es que está terminantemente prohibido sacrificarlos, salvo en los casos de enfermedades o patologías irreversibles.
Los holandeses son muy respetuosos con los animales de compañía; de hecho, se puede ir a cualquier parte con ellos, porque son bienvenidos en la mayoría de tiendas y establecimientos.
Ojalá, algún día, nosotros podamos presumir de algo así, me temo que estamos aún muy lejos de enorgullecernos de ello, pero tampoco hay que ser pesimistas. El gobierno de España está trabajando en la nueva propuesta de ley de Bienestar animal. Y está también en nosotros contribuir a que los animales de nuestro país tengan una vida mejor.
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