Mis vacaciones en el Hotel Toro, Pamplona
septiembre, 2021 - Mónica Monteys
Fachada principal del Hotel Toro & Spa.

Lo más importante de unas vacaciones, o casi, es el lugar en donde te alojas. Mis vacaciones de este verano han sido en el Hotel Toro & Spa, que se halla ubicado a las afueras de Pamplona, en la carretera de Guipúzcoa a San Sebastián, exactamente a tan solo 7 kilómetros de la capital navarra.

Se trata de un cuatro estrellas muy cómodo para pasar unos días de ocio y conocer la región. El hotel dispone de 59 habitaciones y 6 suites, además de una deliciosa terraza jardín donde se puede desayunar o cenar en verano. Las habitaciones son muy confortables y están equipadas con todo lo necesario.

Una de las habitaciones del hotel.

El hotel cuenta también con un gimnasio, un spa, salones para convenciones y otras muchas cosas más, pero si queréis que os diga la verdad no es mi intención hablar aquí de las instalaciones, o de todas ellas, para eso podéis consultar la web: www.hotelpamplonaeltoro.com, donde podréis obtener este tipo de información.

Mi intención es otra. Como podéis imaginaros, el hotel admite perros, porque, de lo contrario, ya no hablaríamos de él en Togetherdogs. De hecho, lo que me interesa realmente recalcar es que el trato con los animales por parte del personal del hotel es tan exquisito como el que tiene con sus clientes. A mi llegada, cuando entré en la habitación, me encontré con una colchoneta, un comedero y un bebedero a estrenar, y una bolsa de galletas caninas a modo de bienvenida. Confieso que a mi perra le encantó el detalle.

Mi perra, Bamba, descansando en la habitación del hotel después de una excursión. ©Togetherdogs.

En la parte posterior del edificio, hay un estupendo pipican de uso exclusivo para los perros de los clientes del hotel —sin duda mucho mejor que los que ha instalado la alcaldesa de mi ciudad que son un asco—, y un poco más allá un campo abierto, donde los perros pueden correr y jugar a sus anchas, una auténtica gozada.

Bamba y su hermano Henry haciendo perrerías, nunca mejor dicho, en el campo que hay detrás del hotel. ©Togetherdogs.

Como es natural, los perros no pueden entrar en el comedor, me temo que tampoco en el spa o en la lavandería, así como en otros tantos sitios. Hay unas normas, tanto para los clientes como para los perros. ¡Afortunadamente! Los perros deben saber comportarse. Y los amos deben velar para que así sea. Normalmente si los perros son educados los amos también lo son. El personal del hotel se desvive para que el cliente se sienta a gusto y esté bien atendido. Bamba y Henry estuvieron también muy bien tratados. Y buena parte de ello es mérito de la directora del hotel, Sara Martínez, una buena profesional y gran amante de los animales; de hecho ella tiene dos perros. Y os diré más, Henry estuvo mal de la tripa, y le faltó tiempo para que en cocina se le hiciera arroz hervido con jamón. Realmente de agradecer.

El Hotel Toro, en Pamplona, es absolutamente recomendable para ir con vuestro perro.

El hotel está muy bien situado, muy cerca de Pamplona, pero también cerca de todas partes, de todos los lugares bonitos quiero decir, que en Navarra son un montón. A 40 minutos del Valle de Baztán y de Roncesvalles, lugares imprescindibles para visitar, sobre todo si lo que queréis es hacer excursiones con vuestros perros. Lo cierto es que los caminos no se te acaban.

Elizondo, en el valle de Baztán. ©Togetherdogs.

Y si vuestra curiosidad persiste, en dirección a Zubiri, pasado el embalse de Eugi —donde por cierto hay un restaurante junto al embalse (el único que hay) que se come muy bien, recuerdo aún las pochas— os adentraréis en el collado de Urkiaga, vale la pena contemplar los maravillosos bosques de hayas. Realmente espectacular.

Bosque de hayas, en el collado de Urkiaga. ©Togetherdogs.

Y el día que no deseéis alejaros demasiado del hotel, tan solo a quince minutos, en dirección oeste, tenéis Zuasti y Erice e Irurtzun y el llamado Mirador de los buitres, y más pueblos, muchos más pueblos, que en Navarra, como los caminos de sus bosques, no se acaban nunca. Igual que a mí no se me acaban las ganas de volver. Preciosa tierra, estupenda comida y gente encantadora. ¡Ah!, y si vais al Hotel Toro no dejéis de preguntarle a Sara por las excursiones de los alrededores para ir con con perro, sabe un montón.

  

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