Ana González, la alcaldesa de Gijón ha tomado la decisión de no prorrogar la concesión de la plaza de toros de El Bibio, y poner fin con ello a la Feria Taurina de Begoña. La plaza se destinará a conciertos. Los polémicos nombres con los que bautizaron a algunas reses, como Feminista o Nigeriano, y que fueron matadas en la última corrida fue la gota que colmó el vaso.
«Las cosas que son tradición pueden cambiarse. Agarrarse a una tradición para decir que algo es inamovible no tiene mucho sentido», ha expresado González.
El PP y VOX han afirmado que la cancelación de la Feria de Begoña es una muestra de «sectarismo», mientras que Nuria Rodríguez, la diputada de Podemos en la Junta General del Principado de Asturias, ha declarado que «no se puede permitir que en Gijón siga habiendo espectáculos en los que se puede torturar y asesinar animales».
La Fundación de Toros de Lidia ha comparado a la alcaldesa de Gijón con los talibanes, a lo que ella ha respondido: «Que me comparen con los talibanes a mí, gente que quiere imponernos el maltrato a los toros porque a ellos les gusta y les causa placer, lo dice todo».
La alcaldesa del PSOE ha recibido numerosas críticas por haber prohibido las corridas en Gijón. La han acusado de querer imponer su ideología, de ir en contra de una tradición milenaria, de totalitaria y dictatorial y de cosas por el estilo, pero parece ser que los nuevos tiempos van imponiéndose, para lo bueno y para lo malo; en ese caso para lo bueno. Sólo un detalle: Twitter cerró la cuenta de un aficionado por fomentar «el placer sádico» con unas imágenes del torero Morante de la Puebla. Afortunadamente a la tauromaquia ya le queda poco. O eso queremos creer.
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