Cuando llega el calor aparecen los mosquitos, y con ellos algunas de las enfermedades más graves para los perros. Este el caso de la Dirofilaria canina (Dilofilaria immitis), una especie de nematodo parásito que puede infestar a los perros, además de a otros animales como gatos, zorros, lobos, coyotes, hurones o leones marinos. A la dirofilaria se la conoce también como la enfermedad de los gusanos en el corazón, porque el parásito, en su último ciclo de vida, se aloja en el corazón del animal y acaba matándolo de un paro cardíaco. Se trata de una enfermedad muy grave.
A través de la picadura de mosquito —varios tipos de mosquitos pueden transmitir la enfermedad—, las larvas se introducen en el organismo del animal, desarrollándose en sus tejidos y, tras 6-8 meses, pasan al torrente sanguíneo, alojándose finalmente en el corazón y las arterias pulmonares, donde se reproducen, hasta ocasionarle la muerte.
Los síntomas pueden ser muchos y variados según el estado, avanzado o no, de la enfermedad, pero los más comunes en los perros son la fatiga, el debilitamiento, falta de apetito y dificultad para respirar. El diagnóstico puede realizarse fácilmente tomando una muestra de sangre con el fin de constatar en un microscopio la presencia de las formas incipientes del parásito, conocidas como microfilarias. No obstante, este tipo de examen no ofrece un diagnóstico veraz, porque, pese a que el animal esté infectado, no siempre se encuentran microfilarias en sangre. Es preciso hacer pruebas más específicas, así como una ecografía para detectar la posible detección de lesiones cardíacas causadas por filarias adultas.
Sin duda, la prevención es la mejor arma para evitar la enfermedad. Existen en el mercado pipetas especiales para prevenirla, que se aplican en el pelaje del perro una vez al mes. Es importante también saber cuáles son las zonas endémicas, como aquellas que se hallan cerca de los ríos, lagunas y humedales. Hay que tener en cuenta que, debido al cambio climático, la incidencia de este mosquito está aumentando considerablemente tanto en España como en Europa. Por ello, es preciso tomar conciencia de la gravedad que supone no desparasitar a nuestro perro, porque una buena desparasitación impedirá no solo picaduras de mosquitos, garrapatas o pulgas, sino que contraiga enfermedades más graves, como es el caso de la dirofilaria. Pero, aparte de la pipeta, que debe aplicarse siempre con regularidad, es aconsejable que el perro no duerma al aire libre, dado que el riesgo se incrementa enormemente, no solo de que contraiga esta enfermedad sino también otras, como es el caso de la leishmaniosis. Es recomendable que el animal duerma en un interior, para evitar las horas de mayor actividad de los mosquitos.
Un perro puede estar infectado y no presentar síntomas, al menos a corto plazo. Por eso, si se vive en una zona endémica, recomendamos que se tomen todas las precauciones posibles, someter al perro a controles periódicos y seguir los consejos del veterinario.
Es conveniente realizar una revisión anual a tu perro para asegurarse de que está sano.
La dirofilaria canina es una enfermedad grave, de modo que si se diagnostica a tiempo tendremos mucho ganado. Insistimos en la desparasitación regular del animal y en hacerle revisiones periódicas para asegurar su salud. Y lo mejor que podéis hacer es hablarlo con vuestro veterinario porque nadie es mejor aliado en estos casos.
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