Este delicioso hotel se halla en uno de los parajes más bonitos de Asturias. A 4 kilómetros de Llanes, en la llamada Pereda, en la falda de la Sierra de Cuera, que separa el mar Cantábrico de los Picos de Europa, oculto en medio de la naturaleza, rodeado de prados y árboles inmensos, robles y abedules, como si no deseara ser visto y preservar el lugar donde se halla, rodeado de tranquilidad y de paz. La posada de Babel es un lugar
Se trata de un hotel de diez habitaciones, muy confortable y de cuidado gusto, aunque más que un hotel parece una casa particular, una casa exquisita en todo caso, que invita al silencio y a no perturbar el orden y la belleza del lugar. Igual que los exteriores, los espacios interiores son tan agradables que, de algún modo, te exigen que estés a la altura de lo que te ofrecen. El salón con una chimenea y una preciosa librería colmada de libros, algo insólito hoy en día, donde puedes disfrutar de la lectura, sin la imposición de la presencia de un sólo televisor, ni siquiera apagado; a cambio una maravillosa sonata de Mozart como música de fondo.
El restaurante del hotel sirve desayunos y cenas, con platos basados en recetas tradicionales, elaborados con productos frescos de la zona y mermeladas y quesos caseros, acompañados de buenos vinos y licores. El comedor está rodeado de ventanales desde los cuales puede contemplarse el extenso prado donde a veces acuden algunas vacas a pastar.
La idea de confort está muy arraigada en este lugar, tanto en los espacios comunes como en las habitaciones y las dos suites que posee. Además de habitaciones, la posada tiene tres apartamentos, distribuidos en cuatro construcciones: el edificio central, el granero, el cubo y la casa de la palmera con el apartamento jardín. El máximo confort, con todo el equipamiento moderno que el cliente pueda necesitar.
Los perros son bienvenidos bajo petición, siempre y cuando se comporten, no sean ruidosos ni alteren la tranquilidad de la que goza este lugar; me temo que lo mismo se les exige a los humanos, así que quienes no reúnan estos requisitos mejor que se abstengan. Naturalmente, el hecho de que admitan perros no significa que éstos tengan acceso a todos los espacios. Eso ya se sabe. Sin embargo, es un lugar ideal para ir con ellos porque hay tanto prado y tantos caminos alrededor que no se te acaban.
La posada de Babel es un sitio muy recomendable para los amantes de la tranquilidad y el buen gusto. A decir verdad, aunque sea de manera tácita, no se exige otra cosa a los clientes, es decir, que tengan la sensibilidad suficiente para saber apreciar un lugar como éste. Y los precios son más que razonables por lo que te ofrecen. Una delicia. ¡Ah, y los propietarios son encantadores!
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