En los últimos días, a raíz del vídeo que grabó una testigo protegida y divulgó Cruelty Free International sobre el maltrato y los horrores a los que eran sometidos los animales en Vivotecnia (Madrid) (Togetherdogs no desea compartir este vídeo por la dureza extrema de las imágenes), razón por lo que el centro está imputado, ha desencadenado la indignación de numerosas personas, ya que es intolerable que se cometan estas atrocidades con los animales y que haya empresas españolas que después de la imputación de Vivotecnia sigan contratando los servicios de este detestable centro de investigación, puesto que no sólo experimentan con animales, sino que, como puede verse en el vídeo, además los maltratan y torturan de forma reiterada. Cruelty Free International aúna esfuerzos para acabar con esas casas de los horrores, en las que se convierten los laboratorios a puerta cerrada. El «No a la experimentación animal» es hoy en día un requisito indispensable.
La organización Cruelty Free International fue fundada por la irlandesa Frances Power Cobbe en 1898. Conocida anteriormente como Unión británica para la abolición de la vivisección (BUAV), CFI es, en la actualidad, la principal organización sin ánimo de lucro que trabaja para erradicar los experimentos con animales a nivel mundial.
El objetivo de Cruelty Free International es poner fin a los experimentos con animales en todo el mundo, defendiendo una ciencia mejor, libre de crueldad.
Cada año se destinan cerca de 190 millones de animales a la investigación, animales que son sometidos a pruebas atroces en los laboratorios. Pese a que, en la actualidad, hay una mayor concienciación pública y métodos más humanos de experimentación sin animales, éstos siguen utilizándose para pruebas en laboratorios de todo el mundo.
A Michelle Thew, directora general de Cruelty Free International, le gusta remarcar que «los animales no tienen voz» y que las prácticas en los laboratorios se realizan a puerta cerrada, con animales que no pueden defenderse. Por eso, «es preciso que nosotros hablemos por ellos», señala.
La industria de la cosmética es uno de los sectores en los que más se experimenta con animales. Una de las muchas pruebas que se llevan a cabo en los laboratorios es la de gotear productos químicos en los ojos de los animales, o frotarlos en su piel, previamente rapada. Una vez finalizadas las pruebas, los animales son sacrificados. Son prácticas atroces, impropias de una sociedad moderna.
En algunos laboratorios, sin embargo, estas prácticas, empiezan a sustituirse por métodos alternativos sin animales, como el empleo de bacterias, tejidos y células humanas, piel humana artificial, o bien por sofisticados modelos informáticos que, sin duda, representan el futuro y deberían anunciar el fin de esos métodos tan crueles.
Marcas como Body Shop, Mark & Spencer o Primark, ya forman parte del programa Cruelty Free.
En 2003, la Unión Europea prohibió que se testarán cosméticos con animales. La primera fase se implantó en 2009; y la segunda, en 2013. Sin embargo, aún hay 10 años de prórroga, con lo cual hasta 2023 está permitido testar algunos productos en animales.
Las pruebas de toxicidad implican el envenenamiento de cobayas, conejos, ratas y ratones. En esas pruebas, los animales son obligados a inhalar dichos productos, forzados a ingerirlos, o bien se los inyecta para averiguar qué dosis los enferma o los mata. No se les alivia el dolor. Los animales sufren vómitos, convulsiones, hemorragias internas, daño en los órganos y, por último, mueren. Los que sobreviven son sacrificados al final del experimento.
«Estamos trabajando para poner fin a estas pruebas tanto por motivos morales como científicos», señalan en Cruelty Free International.
Como hemos señalado, en la última década, se han producido avances significativos en la sustitución de pruebas alternativas frente a las realizadas con animales. Sin embargo, el problema radica en la falta de un enfoque conjunto para que las prácticas sin animales se acepten en todo el mundo, y sean avaladas y respaldadas por la inversión de los gobiernos en métodos científicamente sólidos sin que estos supongan ningún peligro para los animales.
Las pruebas de seguridad en animales son lentas, costosas e inhumanas, y generan resultados que no brindan lo que realmente necesitamos para proteger la salud humana y ecológica en el futuro.
La experimentación con animales va en contra de las expectativas y deseos de los ciudadanos. Además, nunca como en la actualidad hemos tenido medios tan potentes sin animales que son capaces de garantizar la seguridad y constituyen una gran oportunidad para revolucionar la protección humana y medioambiental.
Cruelty Free International pide a la Comisión Europea que:
● Proteja y refuerce la prohibición de los ensayos con animales para los cosméticos.
● Inicie un cambio legislativo que ampare la protección de los consumidores, los trabajadores y el medio ambiente con respecto a todos los ingredientes de los cosméticos sin testarlos en animales con ningún fin y en ningún momento.
● Transforme la normativa de la UE sobre productos químicos.
● Garantice la protección de la salud humana y del medio ambiente mediante la gestión de los productos químicos sin añadir nuevos requisitos de ensayos con animales.
● Se comprometa a presentar una propuesta legislativa que establezca una hoja de ruta para eliminar progresivamente todos los ensayos con animales en la UE antes del final de la actual legislatura.
En la actualidad hay muchas marcas que se han inclinado por crear productos éticos, sostenibles y sin crueldad animal, pero hay otras que optan por «fingir» que lo están haciendo.
Las marcas que no testan en animales utilizan el sello Cruelty Free (libre de crueldad animal) en los envoltorios de sus cosméticos. Sin embargo, existen ciertos «vacíos» o «ambigüedades» en la utilización de este concepto, puesto que no hay una definición legal sobre el término. En muchos casos, los ingredientes utilizados en un producto pueden proceder de un proveedor que testea en animales. Es decir, puede que la empresa no realice pruebas en animales, pero sí puede pagarle a un tercero para que las haga, y así, desvincularse de dicha responsabilidad.
También hay empresas que engañan a los clientes imprimiendo la palabra Cruelty Free en sus productos o envoltorios sin ninguna verificación. Cualquier empresa puede poner Cruelty Free en sus envoltorios o en su página web, puesto que es una buena estrategia de marketing. Y no es ilegal porque no está regularizado.
Los cuatro sellos oficiales Cruelty Free son los siguientes:
1. Beauty Without Bunnies (PETA). PETA creó el programa Beauty Without Bunnies para certificar a una empresa Cruelty Free. Para ello, ésta deberá presentar una declaración de garantía legalmente vinculada y firmada por el director ejecutivo. Esta declaración deberá justificar que ni la empresa ni los proveedores realizan, encargan, pagan o permiten cualquier prueba en animales de ingredientes, fórmulas o productos acabados en cualquier parte del mundo y que tampoco lo hará en el futuro.
2. Choose Cruelty Free (CCF). Este sello certifica que ni el producto final ni los ingredientes han sido testados en animales en ninguna etapa de su desarrollo, ni siquiera por terceros. Las prácticas Cruelty Free deben ser vigentes al menos 1 año.
3. Leaping Bunny. Un compromiso voluntario que las compañías de cosméticos, cuidado personal y productos para el hogar llevan a cabo con el fin de eliminar las pruebas en animales de todas las etapas en el desarrollo del producto. El resultado es un producto con garantía cien por cien libre de pruebas en animales. Todas las compañías de Leasing Bunny deben prestarse a auditorias independientes y los compromisos se renuevan anualmente.
4. ONG Te protejo. Toda empresa que quiera certificarse debe estar formalizada en su país, con al menos un año de antigüedad, tener los registros sanitarios correspondientes y un catálogo de productos vigente. Los ingredientes y productos terminados no deben ser testados en animales. Debe renovarse la información al menos cada 3 años.
Existen aplicaciones móviles para verificar las marcas que experimentan o no con animales en la creación del producto. Bunny Free es una buena aplicación. Basta con escanear el código de barras del producto en cuestión o bien buscar el nombre de la marca y la app mostrará el resultado de la búsqueda con la información pertinente. Se trata de una aplicación gratuita para Android e iOS, y lo mejor de todo es que se actualiza de forma regular. Hay otras también como Cruelty Cutter, ViveCrueltyFree o Happy Bunny.
Os invitamos a descargaros la aplicación que más os guste y a no comprar productos cosméticos ni de otra clase que hayan sido testados con animales, es un modo de manifestar vuestra desaprobación y de contribuir a las nuevas alternativas, más propias de una sociedad moderna y civilizada.
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