Perros millonarios
octubre, 2021 - Togetherdogs

Aunque resulte del todo insólito hay perros millonarios. Y algunos de ellos atesoran una inmensa fortuna. Sus propietarios optaron por dejarles su herencia o una parte considerable de ella, lo que suele despertar la ira de sus familiares que no dudan en querellarse o entrar en litigios. Por lo general, suele tratarse de personas sin descendencia, que viven solas junto a su animal de compañía, al que le profesan una auténtica adoración. Con todo y con eso, hay historias que no dejan de resultar sorprendentes. Aquí os contamos algunas de ellas.

Trouble, propiedad de Leona Helmsley

Trouble era un bichón maltés que, en 2007, heredó 12 millones de dólares tras la muerte de su dueña, la empresaria hotelera estadounidense Leona Helmsley, conocida como «Queen of Mean» (La reina del mal) por su arrogancia y codicia, pero sobre todo por sus operaciones fraudulentas y evasión de impuestos, hechos por los que fue condenada y le valieron unos años de cárcel.  Los cuatro nietos de Helmsley, de los que desheredó a dos de ellos, alegaron que su abuela tenía problemas mentales y llevaron el caso a juicio.

Trouble con su dueña, Leona Helmsley.

Un jurado de Nueva York determinó que, en realidad, el perro no necesitaba aquella cuantiosa cantidad de dinero y dictaminó que con 2 millones de dólares era suficiente. Los diez restantes se destinaron a los negocios familiares. De modo que Trouble se trasladó a vivir a Florida, en el hotel Helmsley Sandcastle, en Sarasota, bajo los cuidados del director general del establecimiento, Carl Lekic. Vivió felizmente en compañía de un guardaespaldas que, pese a las numerosas amenazas de secuestro que recibió el animal, cuidó de él hasta su muerte, acaecida en 2011.

La multimillonaria americana Leona Helmsley en compañía de su perro Trouble.

Pontiac de Betty White

La actriz de Hollywood Betty White adoptó a Pontiac cuando éste apenas tenía un año de edad. En la actualidad, su dueña va camino de cumplir los cien años y Pontiac posee un fondo fiduciario por valor de 5 millones de dólares. Esta considerado uno de los perros más ricos del mundo.

Betty Whitte con su perro Pontiac, un golden retriever, que adoptó con un año de edad.

Los perros de Oprah Winfrey

La popular presentadora de televisión estadounidense Oprah Winfrey con dos de sus cachorros.

La famosa presentadora estadounidense Oprah Winfrey ha declarado que sus perros heredarán 3 millones de dólares. Así lo ha dejado escrito en su testamento. Como no tiene hijos, sus perros son lo más importante de su vida y, como ha dicho en numerosas ocasiones, desea que, tras su fallecimiento, estén bien cuidados.

Toby Rimes de Ella Wendel

Toby Rimes de Ella Wendel heredó 30 millones de dólares.

Toby Rimes era un caniche blanco propiedad de la multimillonaria neoyorquina Ella Wendel. Cuando ella murió en 1931 el perro heredó 30 millones de dólares. A partir de entonces, todos los descendientes de este perro se llamaron supuestamente Toby Rimes y heredaron también el dinero. En 2004, un perro del mismo nombre apareció en una lista que se publicó en el London Mirror como uno de los perros más ricos del mundo, y, desde entonces, varios Toby Rimes han ido apareciendo como descendientes del primero, propiedad de la señora Wendel. No sabemos hasta qué punto es cierta esta historia, pero parece ser que con los años tiene ya más de leyenda que de realidad.   

Gunter III y Gunter IV, propiedad de Karlotta Libenstein

Gunther IV, hijo de Gunther III, ya nació rico; de hecho, es multimillonario dispone de jet privado, le encanta el caviar y vive rodeado de servicio y de guardaespaldas.

La condesa alemana Karlotta Libenstein murió en 1991 sin descendencia. Tal vez por ello dejó un fideicomiso de 106 millones de dólares a su perro Gunter III, su estimado animal de compañía. Dicho fideicomiso fue administrado por un equipo financiero que incrementó esa cantidad a 400 millones de euros. Gunter III tuvo descendencia, por lo que su hijo Gunter IV, ya nació rico. Viaja en limusina y dispone de jet privado. Gunter IV dispone de un guardaespaldas y de un cocinero privado que le prepara exquisitos manjares, siempre supervisados por un veterinario para que su salud no se resienta, ya que se prevé que tenga un descendiente: Gunter V.

Conchita, propiedad de Gail Posner

Gail Posner y su perra Conchita.

La multimillonaria estadounidense Gail Posner dejó tras su muerte una herencia de 3 millones de dólares a Conchita, su perra chihuahua que vive una vida de auténtico lujo. Reside en una mansión en Sunset Island y lleva un collar de diamantes de Cartier. El hijo de Gail, Bret Carr, ha emprendido una batalla legal para impugnar la herencia de su madre. Carr sostiene que su madre fue engatusada por el personal de servicio para que cambiara el testamento antes de morir.

Gail Posner y su perra Conchita eran inseparables.

El testamento de Gail Posner establece que sus tres perros (Conchita, April Maria y Lucía) vivan en la mansión de Sunset Island hasta que mueran. De igual modo legó al servicio 27 millones de dólares y el derecho a residir en la mansión sin pagar alquiler alguno a cambio de que cuidaran bien de sus perros. Su hijo Bret, por el contrario, sólo heredó un millón. El resto de la fortuna ha sido donada a organizaciones benéficas.

Flossie, propiedad de Drew Barrymore

Flossie fue uno de los perros preferidos de la actriz Drew Barrymore.

Flossie era el perro que adoptó la actriz Drew Barrymore. Si bien es sabido que la actriz es una enamorada de los perros, Flossie ocupó el primer lugar en el corazón de la actriz y en el de su ex novio Tom Green, cuando, en el 2002, el perro alertó a la pareja de que su casa estaba en llamas. A raíz de ese incidente, Barrymore consideró a Flossie un auténtico héroe y, como le había salvado la vida, decidió hacer un fideicomiso con su casa de Beverly Hills, valorada en 3 millones de dólares. Si bien Flossie murió en 2010, durante ocho años fue una de las mascotas más ricas del mundo.

Los perros del diseñador Alexander McQueen

El diseñador británico con uno de sus bull terrier.

El diseñador Alexander McQueen falleció en 2010 por propia decisión, tras una profunda depresión que se vio agravada por el fallecimiento de su madre. Su fortuna estaba estimada en 16 millones de libras (algo más de 18 millones de euros). Antes de fallecer, estableció por testamento que su dinero se repartiría entre sus hermanos, sus sobrinos, sus amigos, el servicio doméstico que había trabajado para él en los últimos años, una protectora de animales y sus tres perros. Estos últimos recibieron 50.000 libras (alrededor de 57.000 euros) al año para su manutención.

El diseñador británico con dos de sus perros.

Lulu, propiedad de Bill Dorris

El border collie del americano Bill Dorris que heredó 5 millones de euros.

Lulu, un border collie de ocho años se ha hecho millonario tras la muerte de su dueño. Ha heredado 5 millones de euros. Bill Dorris era soltero, vivía en Nashville y lo tenía muy claro. Quería que tras su muerte al perro no le faltara nada. «Cinco millones de dólares serán transferidos a un fideicomiso que se creará tras mi muerte para el cuidado de mi border collie Lulu con el fin de que se puedan satisfacer todas sus necesidades». Dorris siempre estaba de viaje por motivos de trabajo y quería que cuidaran bien a Lulu mientras él no estaba. También dejó por escrito que su amiga Martha Burton sería la cuidadora de Lulu, porque cuando él se ausentaba, Martha cuidaba bien de su perra.  

«Realmente no sé qué pensar. Simplemente sé que Bill quería mucho al perro», dice Martha.

El testamento indica que se emplee ese fondo para los gastos mensuales que generen las necesidades del animal, lo que no se sabe es qué pasará con ese dinero cuando Lulu muera.

Lulu con su cuidadora, Martha Burton.


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