Sucedió el pasado mes de noviembre en Estados Unidos. Un avión que despegó de Nueva Orleans con destino Wisconsin, con 53 perros a bordo, tuvo dificultades en pleno vuelo y se vio forzado a realizar un aterrizaje de emergencia, sin embargo acabó estrellándose cerca de la ciudad de Pewaukee, concretamente en el campo de golf de Western Lakes, que estaba cubierto de nieve. Sin duda, cuando un avión se estrella lo primero que se piensa es que no habrá supervivientes, porque lamentablemente casi nunca los hay. Sin embargo, en esta ocasión hubo suerte. De los 53 perros que iban a bordo no murió ninguno.
Los perros iban a ser trasladados a varios refugios para su adopción. Afortunadamente, tanto los animales como los tres miembros de la tripulación sobrevivieron al accidente. Pero si bien no hubo fallecidos, muchos perros se lesionaron y tenían heridas graves, por lo que tuvieron que ser intervenidos de urgencia.
Los perros fueron sacados del avión uno a uno. Muchos de los que no se lesionaron fueron conducidos de inmediato a Humane Animal Welfare Society-HAWS of Waukesha, donde están ya a la espera de que una familia les brinde un nuevo hogar; por el contrario, del resto, algunos sufrieron heridas graves y siguen en fase de recuperación, mientras otros están pendientes de recibir el alta.
Aún siguen investigándose las causas que provocaron el accidente, pero cuando la aeronave comenzó a perder altura atravesó una zona boscosa con numerosos árboles que acabaron por arrancarle las alas, y el avión terminó estrellándose.
«Este fue un aterrizaje relativamente catastrófico en el que el avión pasó por en medio de los árboles. Las alas en realidad se salieron de la aeronave», señaló el subjefe del cuerpo de bomberos, Matthew Haerter, según informó ‘WTMJ-TV Milwaukee.
En esta ocasión diríamos que ha sido un milagro que todos los perros hayan sobrevivido al accidente, porque cuando un avión se estrella, lo dicho.
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