Vuelven los petardos
junio, 2023 - Togetherdogs
Los perros y los petardos son incompatibles. A ver cuándo se prohíben de una vez, y hay un respeto por los animales.
©PACMA

Todos los años la misma historia, y nada cambia. Por San Juan, petardos. Y sin embargo, pese al efecto negativo que la pirotecnia causa en los animales, y no solo domésticos, ya pueden verse en distintas partes de la ciudad esas horribles casetas de feria donde se venden petardos. No deja de sorprendernos que en esa nueva ley de bienestar animal, recientemente aprobada por el gobierno de España, no se haya contemplado la prohibición de esta practica. Es sabido que la mayoría de perros tienen miedo, sufren ansiedad, además de taquicardia, por el pánico que les genera el estruendo de los petardos. Y eso en el mejor de los casos, porque en el peor, pueden sufrir un infarto, saltar por un balcón o salir corriendo, despavoridos y sin rumbo. Ya lo dijimos en uno de nuestros artículos, los petardos son un verdadero suplicio para los perros.

Los perros y los petardos son incompatibles. A ver cuándo se prohíben de una vez, y hay un respeto por los animales.

PACMA y muchas asociaciones animalistas se han quejado reiteradamente de la cantidad de perros que se extravían a causa del terror que sienten por los petardos. Los perros no tiene la capacidad de racionalizar la ansiedad, y entran en pánico. Y sin embargo, los papás se apresuran a enseñar a sus hijos a tirar petardos en la vía pública, junto a los árboles, donde anidan los pájaros, o en parques, donde está prohibido y levantan lenguas de fuego.

Nos preguntamos cuándo se respetarán a los animales en serio en este país.

Se gastan un buen dinero en pirotecnia. ¿Y si en lugar de gastárselo en petardos, los padres enseñaran a sus hijos a respetar la naturaleza, no sería mejor? Y San Juan, ¿no podría festejarse con fuegos artificiales sin ruido, como en otros países europeos? Pues no, porque al español lo que le gusta es el ruido, la bronca, la diversión a lo bruto, y cuanto más ruido y bullicio mejor, y luego dejarlo todo perdido. ¿Y los animales qué? ¿Quién los defiende? ¿Quién los ampara? Son esos padres entusiastas de la pirotecnia quienes deberían enseñar a sus hijos a amarlos en lugar de comprarles petardos y jalear y gritar como energúmenos cuanto mayor es el estruendo. Qué vergüenza.

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