Se estima que a lo largo de la costa de Namibia existe una población de 1,5 millones de lobos marinos del Cabo. La cantidad de basura que el hombre arroja al mar, sobre todo los restos de artes de pesca, se ha convertido en uno de los mayores peligros para estos mamíferos. Cada año se arrojan al océano ocho millones de toneladas de plástico —doce millones si se tiene en cuenta otro tipo de basura, según Greenpeace— que tardan cientos de años en descomponerse y se adhieren a los animales, causando la muerte a cerca de cien mil ejemplares.
En 2020, el biólogo marino Naude Dreyer fundó la ONG Ocean Conservation Namibia (www.ocnamibia.org) con la finalidad de poner fin al sufrimiento de estos animales. Él y un equipo de voluntarios persiguen a los lobos marinos para atraparlos y quitarles los hilos de plástico que llevan enredados en sus cuerpos. Los animales huyen a toda velocidad porque desconocen cuáles son las intenciones de los humanos.
Dreyer confía en que la tarea que lleva a cabo Ocean Conservation Namibia sensibilice a la sociedad y ejerza una mayor concienciación por lo que respecta a cuidar el planeta y los seres que habitan en él.
«Cuando ves un animal envuelto en plástico, queda claro que mantener limpios nuestros océanos no es una sugerencia, sino una prioridad absoluta», cuenta Dreyer.
Dreyer y su equipo trabajan en la península de Pelican Point, un espigón que protege la bahía de Walis en Namibia, en el suroeste de África, donde se estima que habita una colonia de aproximadamente 100.000 lobos marinos.
En el último año, Ocean Conservation Namibia ha logrado liberar de los plásticos a más de novecientos lobos marinos. Dreyer mantiene un registro de los ejemplares liberados y la pieza de plástico recuperada del animal. Todos sus datos y hallazgos se guardan para futuras investigaciones. La ONG no recibe ayudas estatales, las ayudas que recibe son donaciones privadas de todo el mundo.
Suscríbete a nuestra newsletter, es gratuita.