Nueva Pescanova (NP) creará la primera granja de pulpos del mundo. Estará ubicada cerca de Las Palmas de Gran Canaria, y tiene previsto abrir en verano de 2022. Con una inversión de 65 millones de euros, la planta prevé producir 3.000 toneladas de pulpo al año. La compañía alega que de este modo se evitará que se pesquen tantos pulpos silvestres. Naturalmente esta explicación no ha convencido en absoluto a los científicos que replican que estos cefalópodos son criaturas sensibles e inteligentes, razón por la que jamás deberían comercializarse ni servir de alimento.
Para llevar a cabo la cría en cautividad de los pulpos, la multinacional sostiene haberse basado en una investigación realizada por el Instituto Español de Oceanografía sobre los hábitos de reproducción de estos animales. Sin embargo, se ha negado a explicar en qué condiciones se mantendrán a los pulpos, cómo serán los tanques, con qué se les alimentará y cómo se les sacrificará. Por lo tanto, ignoramos qué va a pasar en el interior de esa piscifactoría.
En las últimas décadas, el pulpo está cada vez más de moda y muchos son los que acaban en una sartén, una plancha o escaldados en una olla. Basta saber que el número de ejemplares salvajes ha disminuido de manera drástica. La captura mundial de estos cefalópodos ronda las 400.000 toneladas al año. Esta es una de las razones en las que se apoya Pescanova al apostar por la cría de pulpos en cautividad.
Los científicos son del todo contrarios a esta iniciativa, que consideran cruel y en modo alguno sostenible, porque los pulpos son animales inteligentes, su cerebro es complejo y, según numerosos estudios, existen pruebas científicas contundentes de que son seres sensibles, dado que pueden experimentar emociones, como placer y alegría, pero también dolor.
Según la BBC, la organización Compassion in World Farmin (CIWF) ha escrito una petición, suscrita por más de cien científicos, a los gobiernos de varios países, incluso al gobierno de España, para que prohíba la iniciativa de Nueva Pescanova.
«Poner los pulpos en tanques estériles sin estimulación cognitiva es malo para ellos», afirma la doctora Elena Lara, directora de investigación del CIWF.
Pese a que los pulpos están considerados seres sensibles, no están amparados por la ley de la UE que aboga por el bienestar de los animales de granja, ya que dicha ley sólo se aplica a los vertebrados, es decir no incluye a los pulpos que, como se sabe, son animales invertebrados. Sin embargo, el gobierno británico está trabajando en un proyecto de ley que pretende incluir al pulpo, además de los cangrejos, las langostas y otros cefalópodos y crustáceos, en el grupo de animales que son capaces de sentir dolor.
Se mire cómo se mire y se coja por dónde se coja, los científicos lo tienen muy claro: la cría de pulpos en cautividad es insostenible, puesto que implicaría alimentarlos con peces capturados en la naturaleza, lo que resultaría una mala praxis ya que, sin duda, contribuiría a la sobrepesca.
«Los pulpos poseen las estructuras físicas y neuroquímicas necesarias para comprenderse a sí mismos y al mundo que los rodea», afirma la naturalista Sy Montgomery, autora del magnífico libro El alma de los pulpos.
Para entender mejor a estos cefalópodos, os recomendamos ver en Netflix Lo que el pulpo me enseñó, un extraordinario documental sobre este fascinante animal. Y, además, aquí os mostramos un vídeo, cuyas preciosas imágenes se han hecho virales, en el que podréis ver cómo un pulpo cambia de color mientras duerme en un acuario.
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